ENCUENTROS INESPERADOS
Ya van dos viernes que por las casualidades de la vida me encuentro con Mónica Eduardo en la calle. Hoy yo salía del Sandwichez, de tomar un café, mientras esperaba que acabase el programa en la lavandería industrial en que se estaba lavando la funda del colchón que irá en la habitación de Greta.
¿Cómo es la secuencia del encuentro?
El miércoles traigo el colchón de Falset, tras confirmar que las medidas nos valen. Lo doblo y meto en el coche solita. Gran matada vs gran convicción. Los 500 euros que vale un colchón bien lo valen. Los descargamos el miércoles por la tarde y ayer, jueves, le quitamos la funda. Como no cabe en la lavadora de casa, pues busco lavanderías en la zona. Iba a ir a una del Paseo San Gervasio, pero como ya había ido a esta de República Argentina, y estaba mas cerca de casa para cuando tuviera que volver, pues he improvisado y, tras dejar a Greta en el cole, me he ido a la lavandería. He puesto el programa. He leído un poco la prensa. He enviado algún mensaje. He decidido ir al Sandwichez —hacía un día precioso—. Me he tomado un café con leche de avena riquísimo, me he entretenido mirando a los transeúntes y el cielo azul, y cuando he pensado que el programa ya habría acabado, he salido a la calle y allí estaba ella, Mónica. Luminosa, iridiscente, simpática y voluptuosamente abrazable.
Como siempre, sonrisas, abrazos y miradas profundas. Resumiendo.
Le digo que me gustaría trabajar como guía, a lo que ella me pregunta que primero deberé saber yo a dónde voy. Me deja a cuadros. ¿Como voy a guiar a nadie a un lugar al cual yo misma no sé ir? Es decir, por poner un ejemplo: cómo voy a enseñar inglés si no sé hablarlo correctamente. Con lo que me dice que por qué no organizo un taller de escritura, que eso es lo que me gusta hacer y se me da bien. Aquí he intentado rebobinar y decirle que estoy escribiendo el proyecto Lumbre. Aquí ha salido “la Lumbreras”, la listilla que pone luz a las cosas, que tiene visión. Y me dice que la intuición vale, pero que ella no cree en darle la respuesta a los demás, que es cada uno el que tiene que encontrar su camino y sus respuestas por si mismo.
Con lo que va y me dice:
—Empieza por un grupo pequeño, con una meditación guiada grupal, en la que cada uno se deje llevar a ese lugar que nos interese visitar. De ahí, saca un trabajo de escritura de no más de medio folio, de escritura automática. Es decir, que salga lo que salga. Escribir sin pensar. Escribir lo que te viene. Una vez cumplimentado ese medio folio. Lo leeremos en voz alta. Todos leeremos lo que hemos escrito y compartiremos lo que hemos entendido del texto del otro y del nuestro propio. Al ir depurando el texto, iremos concentrando el mensaje hasta que nos podamos quedar con ese resumen, esa frase nuclear. ¿Qué intención o propósito sale de esas cuatro palabras? Pues eso, que si quiero podría probar de organizar un grupo de adultos o niños en su espacio de trabajo.
Me ha presentado y desarrollado un proyecto en un pim pam. Hemos flipado. Hemos compartido más cosas pero, como resumen para retener la idea, aquí lo dejo.
Y, además, si quieres conectar con:
Monica Eduardo
Acompañadora evolutiva.Terapeuta holística. Consteladora familiar.
@regresati
terapiasmonicaeduardo@gmail.com